Las leyendas del continente Americano despiertan curiosidad a los antropólogos y estudiosos.
El Wendigo es una criatura mitológica que puede hallarse en las leyendas de los nativos americanos, en especial entre los pueblos algonquinos. Estos pueblos se encuentran entre los más extendidos y numerosos de los grupos nativos americanos de Norteamérica, y vivieron en el pasado a lo largo de toda la costa atlántica y la región de los Grandes Lagos. No obstante, en las leyendas de otras tribus nativas americanas también se encuentran criaturas similares al Wendigo, como por ejemplo en las leyendas de los iroqueses, vecinos de los algonquinos. En otra versión del relato, se cuenta que el primer Wendigo fue un guerrero que hizo un pacto con el Diablo. A fin de salvar a su tribu, entregó su alma, transformándose de este modo en un Wendigo. Cuando llegó la paz, la tribu ya no tenía necesidad de una criatura terrorífica como el Wendigo, por lo que el guerrero fue expulsado de su tribu y condenado a vivir apartado del mundo.Algunos creen que el ser humano continúa residiendo en el interior del Wendigo, más concretamente donde debería estar su corazón. Este ser humano se encuentra atrapado, y la única forma de matar a un Wendigo es matando también al humano que hay en su interior. Ciertas leyendas aseguran que una persona atrapada en el interior de la criatura puede ser rescatada con éxito; no obstante, en la mayoría de los casos, la muerte es la única forma de liberar a un ser humano del Wendigo que le poseyó.
,Entre finales del siglo XIX y los años 20, se cuenta que el Wendigo aparecía cerca de un pueblo llamado Roseau, al norte de Minnesota. Se llegó a decir entonces que cada vez que había un avistamiento de esta criatura, alguien moría inesperadamente. Los avistamientos, no obstante, cesaron finalmente, y todo volvió a la normalidad.
Entre los Cree hay una danza tradicional denominada ‘Wihtikokansimoowin’, o ‘danza del Wendigo’. En ella, el temible Wendigo es representado satíricamente por los bailarines. Además de satirizar al Wendigo, algunos nativos americanos llegan incluso a convertirse en ‘cazadores de Wendigos’.
Nadie ha visto nunca a un wendigo. Dicen que solo sus víctimas saben cómo es. Pero el mito lo describe como una criatura de aspecto humanoide, alta y huesuda. Posee largas extremidades, dedos finos y alargados como garras, un rostro terrorífico y dientes afilados. El wendigo es tan alto como una persona pero, según la leyenda, su estatura crece de manera proporcional al tamaño de las víctimas que va devorando. Sus ojos, lechosos, parecen salirse de sus órbitas. Los wendigos conservan algunos remanentes de cabello en sus cabezas. En algunas versiones, poseen también cuernos de alce. Su piel es dura como una coraza, y solo el fuego puede hacerles retroceder. El wendigo es una criatura nocturna. Cuentan que recurría a su voz para llamar a sus víctimas; éstas, extasiadas por su reclamo, se adentraban en el bosque y jamás regresaban. Otras versiones recogen cómo el wendigo podía acudir hasta su víctima para darle la mano, y la hacía correr a la par dando largas zancadas, que quedaban dibujadas en la nieve; en algún momento del recorrido, las pisadas humanas se desdibujaban, incapaces de seguir su paso, momento en el que el wendigo elevaba por los aires a su rehén para devorarlo. En cuanto a sus capacidades, sus uñas afiladas y dedos largos les permiten trepar por árboles y muros. Son rápidos, pero poseen una desventaja estratégica: su visión se basa en el movimiento, con lo que, cuenta la leyenda, si te quedas completamente quieto, es posible que el wendigo te ignore
La leyenda Original:
Entre los relatos que recogen referencias al wendigo, pervive uno muy famoso, que se sitúa en el año 1878: cuenta la historia de un nativo americano que fue expulsado de la tribu cree, con lo que tuvo que refugiarse junto a su familia en el bosque. Un tiempo después, este hombre llegó a una ciudad cercana, demacrado y desesperado. Al parecer, su familia había muerto de inanición.
Pero los habitantes de la ciudad no le creyeron, y llamaron a las autoridades para esclarecer el caso. Finalmente, el hombre tuvo que guiar a la policía hasta la cabaña donde había estado viviendo con su familia. Allí, encontraron un espectáculo macabro: los restos de su mujer y sus hijos estaban esparcidos por el suelo, y los cadáveres habían sido parcialmente devorados. El padre de familia fue condenado a morir en la horca; antes de morir, se defendió afirmando que el wendigo le había poseído, obligándole a matar a su familia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario